tengo una idea

CHILENOS GANAN WORLD'S BEST TECHNOLOGIES EN EE.UU.
Innovadores ¡mundiales!


En broma se propusieron mejorar el color de las manzanas y evitar los daños del golpe de sol. Crearon una tecnología que es una verdadera revolución y que puede tener gran impacto en la agricultura y la alimentación.




Los aplausos de los más de 500 asistentes retumbaron en el inmenso salón. Las cabezas comenzaron a girar en búsqueda de los recién nombrados.

En su mesa, Álvaro Olivera, Felipe Camposano y Andrés Leschot parecían completamente congelados. No asimilaban lo que acababan de escuchar.

Sólo cuando las manos de los otros comensales sentados en su mesa comenzaron a señalarlos y los obligaron a levantarse, internalizaron lo que el locutor terminaba de anunciar en inglés.

Acaban de ganar el primer lugar del World's Best Technologies, certamen internacional que se desarrolla en Dallas, Estados Unidos.

Ellos, tres chilenos de entre 27 y 32 años, con más ganas que recursos, se imponían con su proyecto biotecnológico a verdaderos equipos de innovación. Su tecnología sobrepasaba la de verdaderos gigantes del tamaño del Departamento de Defensa de Estados Unidos, la Universidad de Texas e incluso la misma Nasa.

Su invento es un sistema que permite modificar el nivel de flavonoides en las plantas y frutas para potenciar determinadas características, incluidas las beneficiosas para la salud. Es decir, dieron con una fórmula que en base a sustancias naturales activa compuestos internos de las manzanas para que éstas uniformen su color y sean más resistentes a los rayos ultravioleta, disminuyendo el daño por golpe de sol.

Es la base para que, ocupando la misma técnica, puedan tener control sobre el nivel de determinados compuestos naturales en las plantas que, por ejemplo, inhiben el cáncer o que ayudan a controlar la diabetes. Todo de forma natural, sin un transgénico. Sólo ocupando productos que las mismas plantas elaboran en la naturaleza. Una revolución que tiene un potencial de desarrollo en un área muy de boga hoy en día: los alimentos funcionales.

Y todo casi por un juego.

Andrés Leschot estudiaba bioquímica en 2001 en la UC cuando conoció a Felipe Camposano, estudiante de ingeniería civil industrial. Se hicieron amigos, por lo que cuando Camposano lo invitó por una semana a que lo acompañara a la cosecha de manzanas en el campo familiar en Curicó, Andrés aceptó.

- Estábamos cosechando, cuando Felipe me comenta que pierden casi un 30% de la fruta de exportación porque el color rojo de las manzanas no era parejo y porque los golpes de sol dañan mucha fruta. Y me dijo en broma ¿por qué no inventas algo?, se sonríe Andrés.

Leschot por esos días trabajaba en su tésis de grado y le pareció un desafío entretenido.

- En todo lo que había leído para mi tesis había información al respecto y supuse que se podía hacer algo, comenta.

Pusieron manos a la obra y un año después asperjaban la solución creada en el laboratorio en unos pocos manzanos del campo de Felipe.

Los resultados los sorprendieron.

- Recibimos un bono, porque la fórmula no sólo mejoró el golpe de sol, sino que también uniformó el color. Lo que se hacía era darle una señal que le dice a la fruta que produzca más color y que resista mejor el exceso de calor y el rayo ultravioleta.

El beneficio económico era claro: mejoraba la calidad de la fruta disminuyendo la pérdida y hacía posible posicionarla en una mejor categoría. Nada de despreciable si se considera que el mercado mundial de las manzanas está bastante estancado.

Pero necesitaban resultados repetibles y bajar costos. Mal que mal todo se hacía con lo que juntaban con algunos trabajos como estudiantes.

Entonces invitaron a un tercer amigo, Álvaro Olivera, ingeniero químico y doctor en biotecnología de la U. de Chile, para que les ayudara a trabajar en volúmenes industriales, mayores que los del laboratorio usado hasta ese momento, lo que hacía factible volver el producto comercial.

Probaron distintas formulaciones hasta que dieron con la que funcionaba de forma más eficiente y siguieron haciendo pruebas y midiendo resultados.

- Los últimos tres años vimos que los resultados eran reproducibles. El golpe de sol disminuye más o menos un 16% de la superficie afectada en cada fruta y 30 o 35% mejora el color. Significaba que estábamos subiendo todas las manzanas a categorías de precio de exportación.

Siempre en base a productos ciento por ciento orgánicos.

- Son sustancias que existen normalmente en los vegetales. Muchos ya están aprobados por la FDA para uso en seres humanos en cantidades cientos de veces mayores que las que se aplican en la fruta.

Había que patentar el desarrollo, pero faltaba la plata.

Una alternativa era presentarse a concurso que dentro del premio consideraban recursos para patentes y se presentan, en 2005, a ChileInventa, de Dictuc Genera UC.

Ganan.

Parte del premio era ir a exponer la tecnología al World's Best Technologies, en Estados Unidos. El 31 de enero se enteran de que es un concurso internacional de innovación.

Llegaron a Dallas el 20 de marzo. Tras un par de días mostrando en qué consistía su innovación y respondiendo las más variadas preguntas, se sentaron en el gran salón donde se esperaban los resultados finales del concurso.

- Al ver el nivel de los otros participantes pensamos, seamos lo más dignos posibles, pero nunca nos planteamos la posibilidad de estar entre los primeros.

Termina la comida y comienza la premiación. Sale el tercer lugar, luego el segundo.

- Entonces el locutor comienza a leer el documento de un desarrollo biotecnológico y ¡¡¡¡era el nuestro!!!!

Estallan entonces los aplausos, pero los tres chilenos todavía no podían asimilarlo.

- No nos atrevíamos a pararnos de la mesa. No podíamos creer que de verdad fuéramos nosotros los que habíamos ganado.

Eran innovadores de categoría mundial.

Flavonoides

Compuestos naturales presentes en los vegetales que cumplen diversas funciones a nivel de las plantas y que tienen acciones benéficas en los humanos como proteger del daño de los oxidantes, del exceso de la presencia de minerales tóxicos o de químicos.


EL FUTURO

Con el premio de ChileInventa están patentando en el país e internacionalmente su tecnología. Simultáneamente se establecen en forma comercial.

- Estamos formando una empresa - Lucien Biotechnology- y buscando como producirlo en volumen.
Para esto último barajan alternativas como la posibilidad de levantar capital para elaborarlo o licenciar la fórmula a una compañía interesada.

En Estados Unidos fueron contactados por empresas especializadas en buscar nuevas tecnologías para grandes compañías, las que los presentarán a posibles interesados

En materia de productos, no pretenden quedarse sólo con lo conseguido.

- Este es nuestro primer desarrollo. Lo que tenemos es una plataforma. Ahora queremos trabajar en uvas y en berries.

Patricia Vildósola Errázuriz.