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Ratatouille



El viernes se terminaban las vacaciones de mis hijos y antes de volver al colegio queríamos ir a ver una película… difícil, nos costó tres intentos, entre Harry Potter y Los Simpsons los cines estaban atestados de gente, decidimos ir a ver Ratatouille… un ratón que cocina es una paradoja… me cargan los ratones (un pequeño pánico) y los ratones de alcantarilla en la cocina me parece una real aberración.
Pero esta no era la historia de un ratón, no, era la historia de nuestras propias animadversiones, lo que no nos parece correcto, lo que se sale de nuestras convenciones… somos todos un poco fóbicos… a los ratones, a los mal agestados, a los poco sonrientes y a los muy sonrientes también… son tantas nuestras desconfianzas que no le damos espacio a nada que no sea lo que “creemos“ que es lo correcto… pero uno ve cara y no corazones, y cada vez estamos más propensos a tildar rápidamente a las personas por sus orígenes o aspecto…

Es así que la pequeña película que fui a ver en una tarde de invierno me dejó con la cabeza y el corazón tomao… porque son muchos los Remy que solo por algún extraño artificio tienen la posibilidad de demostrar que muchas veces en el ser mas humilde y con el arte más sencillo podemos encontrar un pedacito de nosotros en nosotros mismos… el ratatouille, un plato sencillo y despreciado por los grandes chef, que sirvió al crítico Ego lo devolvió a lo tierno, al calor, al consuelo y el cobijo de su infancia… Y al día siguiente no le quedaba más que dejar a ese nuevo corazón hablar, desde su columna de critica da su gran salto, desde lo cómodo, desde su lugar ya ganado, se aventura y corre el riesgo:


El trabajo del crítico es sencillo en más de un sentido. Arriesgamos muy poco, y sin embargo usufructuamos de una posición situada por encima de quienes someten su trabajo y su persona a nuestro juicio. Prosperamos gracias a nuestras críticas negativas, que resultan divertidas cuando se las escribe y cuando se las lee.

Pero la cruda verdad que los críticos debemos enfrentar es que -en términos generales- la producción de basura promedio es más valiosa que lo que nuestros artículos pretenden señalar. Sin embargo, a veces el crítico realmente arriesga algo, y eso sucede en nombre y en defensa de algo nuevo.

Anoche experimenté algo nuevo, una comida extraordinaria hecha por alguien único e inesperado. Decir que ese plato y su cocinero pusieron a prueba mis preconceptos equivaldría a incurrir en una subestimación grosera, cuando lo cierto es que ambos lograron conmover lo más profundo de mi ser.

Antes de este suceso, nunca escondí mi desdén por el lema del Chef Gusteau: “cualquiera puede cocinar”. Pero -me doy cuenta- recién ahora comprendo sus palabras. No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista sí puede provenir de cualquier lugar.
Anton Ego

5 Responses to “Ratatouille”

  1. # Blogger Pauli

    Me gustó mucho lo que escribiste.

    Muy bueno.

    Visítame.

    Saludos.  

  2. # Anonymous Anónimo

    MUY BUENA HISTORIA Y AGRADABLE YO ADORO A EL RATONCITO BUENO ADIOS  

  3. # Anonymous Anónimo

    GENIAL YO ADORO LOS DIBUJOS ANIMADOS!!!!!  

  4. # Anonymous Anónimo

    MUY BUEN TRABAJO ME GUSTO ES GENIA L  

  5. # Anonymous Anónimo

    ME AGRAMA MUCHO LEER HISTORIAS  

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