Como últimamente toda mi creatividad la he canalizado en el magister, estoy copiando algunos artículos o señalando eventos extraordinarios y algunas cosas cotidianas. Bueno Martín se leyó la revista "Arquitectura y Diseño" que nos llega cada primera semana del mes y para hacer auto bombo de todo lo que pasamos como arquitectos, procedo a publicar textualmente la sección "página abierta" en la cual escribe su directora Soledad Lorenzo. Aquí va:
Elogio a la Arquitectura
Pelín de miedo da el oficio de Arquitecto. Miedo y muchísimo respeto. He tenido ocasión, por causa de un desafortunado incidente personal, de vivir muy de cerca la tremenda responsabilidad que recae sobre los arquitectos ante cualquier incidente que la suceda a una obra. Todos sabemos de la participación de muchos profesionales en la construcción de un edificio, y , sin embargo, asombra que el peso acusatorio recaiga, como un mazazo, y casi en exclusiva, sobre el responsable del proyecto arquitectónico. No importa que hayan pasado 15 años, ni que la lógica del uso o el deterioro de los materiales hayan arruinado algún elemento, ni tan siquiera que el arquitecto ya no esté vivo para defenderse. Pase lo que pase, siempre es el culpable. Vaya desde aquí nuestro apoyo a esos magos del espacio, exploradores de alto riesgo en búsqueda de una estructura mejor para desarrollar la vida. A muchos aún nos admira su capacidad para conseguir sacarse de la manga en cada trabajo, y pese a tantos obstáculos, esa realidad sublime de la belleza con la que nos regalan.
Señora Doña Arquitecto, la felicito, y a todos los demás que conozco a través de ti, por vuestro noble oficio.
Es verdad, una vez que conversábamos, me hablabas de las responsabilidades de los arquitectos, las reales, porque también hablamos de aquellas que les son ajenas... como si la dueña de casa se electrocuta, no llaman al ingeniero eléctrico en un primer momento ¡¡¡llaman al arquitecto!!!, ni hablar si se desmorona algo macro, o micro.
Mis respetos y felicitaciones.
La Sole