tengo una idea

tengo una idea... y tú?


El Silencio







Gongora escribe un articulo sobre el cine mudo y un personaje denominado el Explicador, el que ayudaba a los visitantes a comprender las peliculas... y esto me hizo pensar en el cine mudo y el silencio de las voces, recordé lo que me contaba mi amiga Angelica, de la biodanza, que es en silencio, sin hablar... cuantas veces no he callado (ufffffff), cuantas veces un estridente sonido a fulminado una hermosa reflexión... y el silencio me llevo a un lugar en mi memoria, a una pelicula Iraní que vi hace un montón de años en la cual el silencio era solo para los ojos del pequeño, ciego, seguía el sonido de su memoria, busacaba sin temor en un mundo inundado de colores, olores y sonidos, hermosa secuencia en la que él se tapa un oido para oir solo lo que quería oir, y tal vez mi reflexión es: para vivir bellamente, en cuanto tenemos que estar, a veces nos falta elegir, queremos estar en todas y nos perdemos esos silencios maravillosos... "el Silencio" y los exiquisitos niños que la interpretan... me puse a buscar y aquí esta el link para la página de la familia de cineastas de la cual Mohsen Makhmalbaf es el más prolifero, hermosa pelicula...

El hombre que calculaba


Le tengo mucho cariño a estas historas, del humilde y talentoso Beremiz... el hombre que calculaba...


Hacía pocas horas que viajábamos sin detenemos cuando nos ocurrió una aventura digna de ser relatada, en la que mi compañero Beremiz, con gran talento, puso en práctica sus habilidades de eximio cultivador del Álgebra.

Cerca de un viejo albergue de caravanas medio abandonado, vimos tres que discutían acaloradamente junto aun hato de camellos.

Entre gritos e improperios, en plena discusión, braceando como posesos, se oían exclamaciones:
—¡Que no puede ser!
— ¡Es un robo!
— iPues yo no estoy de acuerdo!
El inteligente Beremiz procuró informarse de lo que discutían:

Somos hermanos, explicó el más viejo, y recibimos como herencia esos 35 camellos. Según la voluntad expresa de mi padre, me corresponde la mitad; a mi hermano Hamed Namir una tercera parte; y a Harim, el más joven, sólo la novena parte. No sabemos, sin embargo, cómo efectuar la partición y a cada reparto propuesto por uno de nosotros sigue la negativa de los otros dos. Ninguna de las particiones ensayadas hasta el momento nos ha ofrecido un resultado aceptable. Si la mitad de 35 es 17 y medio, si la tercera parte y también la novena de dicha cantidad tampoco son exactas ¿cómo proceder a tal partición?

— Muy sencillo, dijo el Hombre que Calculaba. Yo me comprometo a hacer con justicia ese reparto, mas antes permítanme que una a esos 35 camellos de la herencia este espléndido animal que nos trajo aquí en buena hora.

En este, punto intervine en la cuestión.
— ¿Cómo voy a permitir semejante locura?
¿Cómo vamos a seguir el viaje si nos quedamos sin el camello?
— No te preocupes. bagdalí, me dijo en voz baja Beremiz. Sé muy bien lo que estoy haciendo. Cédeme tu camello y verás a que conclusión llegamos. Y tal fue el tono de seguridad con que lo dijo que le entregué sin el menor titubeo mi bello jamal, que inmediatamente, pasó a incrementar la cáfila que debía ser repartida entre los tres herederos.
— Amigos míos, dijo, voy a hacer la división justa y exacta de los camellos, que como ahora ven son 36.

Y volviéndose hacia el más viejo de los hermanos, habló así:
— Tendrías que recibir, amigo mío, la mitad de 35; esto es: 17 y medio. Pues bien. Recibirás la mitad de 36 y, por tanto, 18. Nada tienes que reclamar puesto que sales ganando con esta división.

Y dirigiéndose al segundo heredero, continuó:
— Y tú, Hamed, tendrías que recibir un tercio de 35, es decir 11 y poco más.
Recibirás un tercio de 36; esto es, 12. No podrás protestar, pues también tú sales ganando en la división.

Y por fin dijo al más joven:
— Y tú, joven Harim Namur, según la última voluntad de tu padre, tendrías que recibir una novena parte de 35, o sea, 3 camellos y parte del otro. Sin embargo, te daré la novena parte de 36 o sea. 4. Tu ganancia será también notable y bien podrás agradecerme el resultado. Y concluyó con la mayor seguridad:
— Por esta ventajosa división que a todos ha favorecido, corresponden 18 camellos al primero; 12 al segundo y 4 al tercero, lo que da un resultado (18 + 12 + 4) de 34 camellos. De los 36 camellos sobran por tanto dos. Uno, como saben, pertenece al bagdal, mi amigo y compañero; otro es justo que me corresponda, por haber resuelto a satisfacción de todos el complicado problema de la herencia.

— Eres inteligente, extranjero, exclamó el más viejo de los tres hermanos. Y aceptamos tu división con la seguridad de que fue hecha con justicia y equidad.

Y el astuto Beremiz —el Hombre que Calculaba— tomó posesión de uno de los más bellos jamares del hato. Y me dijo entregándome por la rienda el animal que me pertenecía:
— Ahora podrás, querido amigo. Continuar el viaje en tu camello, manso y seguro. Tengo otro para mi especial servicio.
Y seguimos camino hacia Bagdad.

Estúpidas justificaciones

De gran valparaiso tomé este articulo, con el cual concuerdo 100%

Justamente hace unos pocos dias me vi enfrentada a esta "falta de criterio" de manera personal y les digo algo para la proxima voy a tener que dejar en el maletero del auto a mi Lautaro, ya que el criterio social no alcanza para comprender que los BEBES DE 2 AÑOS muchas veces lloran...




Joan Floresta, administrador público, Valparaíso
(31/07/06)

ALGUNOS ACONTECIMIENTOS SUCEDIDOS en el último tiempo en nuestro país me han puesto a reflexionar acerca la forma en que tomamos decisiones, nos hacemos cargo de sus efectos y explicamos por qué actuamos de determinada manera. La verdad es que basta tomar un par de periódicos u observar un rato algún noticiario para darse cuenta de que no lo estamos haciendo nada de bien; da la impresión de que estuviéramos afectados por algún estúpido virus o algo similar. Voy a dar algunos ejemplos para que nos entendamos.

En primer término quiero mencionar la falta de autocrítica ante situaciones por todos conocidas y frente a las cuales generalmente hacemos la vista gorda. Como escribo desde Valparaíso, pondré como ejemplo el continuo lanzamiento de basuras por las familias, y en muchos casos escombros, a las quebradas en la parte alta de nuestros cerros, conductas antisociales que se han tornado crónicas y tuvieron funestas consecuencias en los recientes temporales, al taponarse muchos desagües. Viví alrededor de seis años en el cerro San Juan de Dios, a un costado de la quebrada del mismo nombre, y créanme cuando digo que la gente lanza desde bolsas con basura hasta colchones viejos, a vista y paciencia de todos. A estas mismas personas las vemos luego increpando en la TV a las autoridades para exigir soluciones, en circunstancias de que ellas son en buena medida las responsables de las malas condiciones en que viven. Para construir una sociedad más evolucionada es necesario contar con el compromiso de cada cual. Lamentable es tener que reconocer que un grupo importante de porteños se acostumbró a un excesivo paternalismo, el cual se ha visto exacerbado en el último tiempo.

De seguro que situaciones de este tipo se repiten a lo largo y ancho del país, por lo que mi observación tiene por desgracia un alcance nacional y alude a la forma de ser y de comportarnos de los chilenos en general, el cual explica muchas de las situaciones que nos afectan en nuestros barrios y comunas.

Otra muestra de la extraña infección que afecta como pueblo la constituye el caso de estos chilenos que se quedaron aislados este invierno en Mendoza, quienes exigían a nuestras autoridades que enviaran un avión a recogerlos, aduciendo que la frontera estaba cerrada producto del mal tiempo y muchos de ellos debían retomar sus responsabilidades en el país. Para justificar
esta desfachatez citaban el envío del avión de la FACH que atravesó el mundo para ir en auxilio de otros compatriotas que estaban en medio de un horrible enfrentamiento armado, por lo que sus vidas se encontraban en grave peligro. ¿Cómo graficarles a estos amigos que las situaciones vividas en el Líbano no son ni un ápice similares a la que ellos protagonizaron allende Los Andes? Creo que las imágenes mostradas por la televisión lo han hecho con creces. ¿Cómo no dimensionar las consecuencias de su paseo de fin de semana, en circunstancias de que es de todos conocido que las condiciones climatológicas son desfavorables en la época invernal para cruzar por tierra a la Argentina? Sinceramente, yo sentiría un poco de vergüenza al salir por televisión realizando exigencias tan absurdas y justificarlas con argumentos tan poco inteligentes.

La situación que raya en la idiotez se relaciona con una noticia aparecida en televisión... esa linda madre de Copiapó
que dejó a su hijita durmiendo en el maletero del auto para, como ella señala, "dar en el gusto a todos sus hijos" e ir a comprarle zapatillas a otro de sus vástagos. Creo que esto es insólito y raya en la insensatez, nadie puede entregar una explicación tan liviana para una situación que puso en peligro la vida de la pequeña.

Estos ejemplos que he utilizado arrojan luces acerca del escaso criterio que evidenciamos los chilenos al decidir los actos que ejecutamos y nuestra falta de autocrítica a la hora de encarar sus efectos. Como se trata de situaciones muy frecuentes, forzoso es aceptar que estamos en presencia de evidente falta de madurez como sociedad.

Insisto, actos tan irracionales o absurdos como los mencionados quizá podrían haberse justificado décadas atrás, cuando el país exhibía elevados índices de analfabetismo y no se registraba un acceso tan amplio a las nuevas tecnologías de información y comunicación.¿Qué mal será el que nos afecta, que cuando quedan en evidencia nuestros condoros y torpezas tratamos de echarle la culpa a otros o salimos con unas explicaciones que llegan a dar vergüenza ajena? ¿Seremos algún día capaces de asumir francamente nuestra responsabilidad? Me da la impresión de que estamos bastante lejos de aquello; por ahora, tendremos que acostumbrarnos a escuchar y ver excusas que hablan muy mal de nuestra calidad humana y madurez como pueblo.


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y a estos les copio sus ideas

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